El zuliano Guillermo Quiroz regresó a los Marineros como invitado al Spring Training para pelear por el puesto de segundo receptor.
La temporada de 2011 significó para Guillermo Quiroz la primera campaña desde 2004 en la que no viste un uniforme de Grandes Ligas. Reconocido por una sólida defensa, el zuliano se quedó esperando el llamado de los Padres de San Diego cuando terminó su trabajo en ligas menores.
“Uno debe estar donde lo quieran”, razonó el marabino, de 30 años, vía telefónica desde Arizona. “El año pasado estuve bastante sólido en Triple A con el equipo de San Diego y no se me dio esa oportunidad de jugar en Grandes Ligas”.
Esa razón fue más que suficiente para no volver con los religiosos y regresar a los Marineros de Seattle, organización a la que perteneció en 2006, 2009 y 2010.
“A esta gente (de Seattle) yo les he enseñado que puedo jugar pelota y a la hora que necesiten una persona más que ayude al equipo, voy a estar a las órdenes”, dijo el careta, quien se reportó motivado al club, pese a que no será sino hasta mañana que abran oficialmente su campo de entrenamiento.
“Pienso que es el hambre de volver a jugar en Grandes Ligas, ya que esta oportunidad no se me dio el año pasado”, comentó el marabino, quien bateó para .240, con 18 dobles, par de triples, cinco jonrones y 44 remolcadas en 77 juegos en las menores en 2011. “Se trabajó lo suficientemente duro, pienso que me lo merecía y nunca llegó. Este año voy a trabajar el doble, no sólo para darme la oportunidad, sino para que ellos vean que estoy aquí para trabajar”.
Y alguien que vio su trabajo de cerca fue Pedro Grifol, mánager de Cardenales de Lara, quien también es director de operaciones de los Marineros y le recomendó al zuliano que retornara a esa organización.
“Me dijo que tenía chance de competir por el trabajo de segundo catcher del equipo y voy a dar el todo por el todo, como siempre”, subrayó. “Pienso que la esperanza nunca se pierde, a pesar que han habido muchos cambios que me han perjudicado, pero aquí estamos para trabajar y para jugar pelota”.
Y es que al momento de estampar su rúbrica, Miguel Olivo era el titular de la receptoría y Adam Moore su rival para el puesto de back up, pero después llegó John Jaso, proveniente de las Rayas de Tampa Bay, y el también venezolano Jesús Montero, desde los Yankees de Nueva York.
“Montero es alguien que necesita de experiencia, ya que ha tenido poca como catcher en Grandes Ligas. Por lo que he visto, las oportunidades que le dieron en los Yankees fueron principalmente como bateador designado y pienso que es lo que van a hacer aquí también”,
“Obviamente ellos van a querer ponerlo a jugar a diario, porque fue un cambio muy importante y tienen que recompensar eso”, agregó Quiroz sobre Montero. “Su oportunidad va a estar, quizás a mí me van a tener ahí para que lo ayude a desarrollar un poquito esa experiencia y estoy con la mente abierta y queriendo ayudar, ya que es mi compatriota y no puedes darle la espalda a eso”.
Con Montero principalmente como bateador designado, igual tendrá que pelear con Moore y Jaso por la suplencia en la receptoría.
“Adam Moore es un catcher más defensivo. Ha demostrado en los últimos dos años que le ha costado batear en Grandes Ligas (promedio vitalicio de .197) y Jaso es lo contrario, ha bateado un poco (.245 de por vida), pero a la defensiva no se ha visto muy bien y hasta jugó algunos partidos en primera base con el equipo de Tampa Bay”, destacó sobfre sus rivales. “Si tengo un Spring sólido en la defensa y ofensivamente, la competencia va a estar bastante reñida entre los tres”.
Con las ganas intactas, Quiroz sólo tiene una meta: “Simplemente recibir el chance de volver a Grandes Ligas, de demostrarle a esta gente que todavía soy un pelotero que puede dar mucho, incluso, si por alguna casualidad se da la oportunidad de jugar a diario, enseñarles que se puede hacer, ya que nunca la he tenido a nivel de Grandes Ligas”.
“Se me ha visto como un pelotero que puede ser segundo catcher de un equipo”, agregó. “Pienso que mi experiencia me va a ayudar un poquito este año, ya que me siento un pelotero más maduro y un pelotero que se siente líder a la hora de estar en un terreno de juego”.
Misión
"Voy a seguir tratando de darle a la pelota de línea, de dar muchos batazos entre dos, dar muchos dobles, empujar muchas carreras, hacer esas cosas que te llevan a ganarte esa confianza, como mover corredores, tocar la bola, dar los flies de sacrificio, ese trabajo que amerita ser back up de un equipo, que a la hora que el mismo equipo te necesita se hacen ese tipo de jugadas y te ganas la confianza del mánager".
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