El derecho de Bravos de Margarita, menospreciado por la gerencia de Águilas del Zulia, respondió en el terreno de juego venciendo a sus ex compañeros en el mismo Luis Aparicio. Heath Totten no quiso hacer un gran alboroto de su primer enfrentamiento ante Águilas del Zulia. El ahora pitcher de los Bravos de Margarita definió el duelo como “un juego más”, aunque personalmente significaba algo más para él.
Meses atrás, el norteamericano aspiraba a jugar su quinta campaña consecutiva con el equipo rapaz, pero la gerencia tenía otros planes. Aduciendo su falta de juego en el norte, la directiva zuliana prescindió de sus servicios. Su ciclo de cuatro años con Águilas había terminado, pese culminar como líder en innings lanzados (85.2) y tercero en ponches (52) la temporada pasada, y terminar con marca de 2-0 y 3.16 de efectividad en el round robin.
“Espero llegar y demostrarles (a los gerentes de Águilas) que sí valía la pena llevarme de regreso”, destacó Totten a PANORAMA, poco después que se conoció su firma con Margarita, el pasado mes de septiembre.
Anoche tuvo esa oportunidad y no la desaprovechó. Con siete sólidos episodios, el derecho condujo a los Bravos a un triunfo de 4-1 en el estadio Luis Aparicio, su hogar hasta enero de este año.
“Éste era el juego que esperaba este año”, dijo Totten después de dejar en una carrera a sus ex compañeros. “Amo a esos muchachos, son grandiosos. Fue divertido lanzar ante ellos y estoy contento que no me hayan podido batear”.
Totten acostumbra a hablar por teléfono con su esposa antes de cada partido. Lo hizo ayer, con la diferencia de que fue la primera vez que lo hizo en Maracaibo desde el clubhouse de visitante.
“Me sentí un poco más entusiasmado antes del juego”, reconoció el lanzador, refiriéndose al hecho de probarle a la gerencia rapaz que se equivocaron al dejarlo ir. “No es que eso no esté en tu cabeza, pero antes de cada juego tienes que despejar tu mente, sin importar cuán grande sea ese partido”.
“Sólo tienes que salir a lanzar, como cualquier otro juego, para darle a tu equipo la oportunidad de ganar”, agregó. “Eso fue lo que hicimos. Tuvimos una buena defensa. No tuve muchos ponches, pero sí jugamos buena defensa, anotamos cuando teníamos que hacerlo, y se dieron las cosas”.
Totten recibió su única anotación en el segundo acto, con hit remolcador de Harold García, y en el quinto supo contener el ataque de Águilas, que conectaron infield hits consecutivos para abrir la entrada.
Haciendo gala de su experiencia, y aprovechando el intento fallido de sacrificio de Tony Campana, Totten sacó el cero. Campana conectó rolling a sus predios para forzar el primer out en segunda base, y después dominó a Henry Rodríguez con un roletazo por segunda para fabricar un doble play.
“Trabajé algunas cosas en mi mecánica en mi último bullpen con Bobby (Cuéllar, coach de pitcheo)”, contó. “Sólo traté de mantener la pelota baja. Si hago eso, me van a conectar muchos roletazos, y esta noche (ayer) mezclé mis pitcheos un poco y pude mantener a los bateadores fuera de balance”.
Sus compañeros sólo ligaron dos hits, pero supieron aprovechar un error del campocorto Wladimir Sutil para anotar pa de veces en el quinto acto, y par de pitcheos descontrolados, dos boletos y otro error del relevista Marcos Carvajal, en el noveno, para pisar el plato dos veces más.
Al final, Totten se llevó su primer triunfo del año y pudo completar su venganza personal con la gerencia rapaz sin conceder boletos y propinar trío de ponches, despidiéndose de un grupo de fanáticos sobre el dugout de la derecha que coreó su apellido, como lo hizo todo el nido rapaz en varias ocasiones durante las pasadas cuatro campañas.
“Se siente muy bien”, afirmó con una gran sonrisa. “Como dije, me hubiese gustado volver a lanzar con este equipo, pero así son los negocios y tuve que tomar otro rumbo. Es bueno estar aquí (en Bravos) y me gusta este quipo también”.
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