lunes, 23 de enero de 2012

Cuando 25 años parecen pocos

Tiburones de La Guaira avanzó en la madrugada de este lunes a su primera final desde la temporada 86-87, pero no tuvieron mucho tiempo para celebrar y piensan en Tigres de Aragua.
La samba de Tiburones de La Guaira retumbó como no se escuchaba desde la temporada 86-87. Una larga espera de 25 años sin ser protagonistas de la final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional terminó con una paliza de 16-1 sobre Navegantes del Magallanes en el segundo juego de la jornada extra, que se inició con la eliminación de Caribes de Anzoátegui 6-5 a manos de los turcos.
Los bates salados aprovecharon el pésimo debut del importado magallanero Jake Stevens para fabricar cuatro carreras en el primer episodio y el cansancio del bullpen rival para explotarlos con un rally de seis anotaciones en el sexto y otro de cuatro en el séptimo para sellar así su boleto a la serie decisiva que arranca esta noche (7:30) en Maracay.
"Estoy demasiado contento, porque la fanaticada del litoral merecía que este equipo llegara a una final y por fin lo hemos logrado", destacó el coach Ángel Bravo, una de las figuras emblemáticas de la historia de Tiburones.
"Dios quería que nosotros estuviéramos en la final, porque estuvimos tres veces a punto de quedar fuera, y siempre perdía Caribes", agregó el zuliano. "Y aquí estamos en la final".
"Los fanáticos y los jugadores se lo merecen, han hecho un gran trabajo", agregó el mánager Marco Davalillo. "Hay que darle el agradecimiento a ellos, porque se ha basado en un compromiso con la familia, la fanaticada y la gerencia. Mucha gente no sabe todas las dificultades que ha pasado Tiburones de La Guaira este año, pero siempre nos hemos mantenidos unidos, basados en ese compromiso de la fanaticada".
La algarabía en las tribunas del estadio Universitario se sintió en cada uno de los 21 imparables de los salados, que conectaron nueve extrabases, tres de ellos cuadrangulares, en los bates de Luis Rodríguez, Alex Cabrera y Luis Jiménez.
"Regresar a este equipo, después de tantos años, y verlo en la final me hace sentir súper contento", indicó el "Samurái", quien sonó cuatro vuelacercas en el round robin. "Lo dije desde el primer día que llegué, cuando el equipo estaba súper inspirado y me dieron la oportunidad, que íbamos a clasificar e íbamos a quedar campeones. Ya dimos el primer golpe: clasificar. Y ahora vamos a quedar campeones".
Sólo cuatro victorias separan a Tiburones de su primer grito campeonil en 26 años. Sería la manera perfecta de comenzar las celebraciones de los 50 años del equipo fundado en 1962 y que no alza un título desde la campaña 85-86. Pero antes deberán imponerse al equipo de la década, los Tigres de Buddy Bailey, en lo que será la tercera vez que begalíes y salados definan al monarca venezolano.
La primera vez que chocaron fue en la serie decisiva de la zafra 71-72, en la que los felinos de Rod Carew y David Concepción tuvieron que luchar en siete compromisos para llevarse la corona. La revancha llegó en la temporada 84-85, cuando "La Guerrilla" barrió a los aragüeños en cuatro compromisos.
"Ahora el compromiso es mayor", acotó Davalillo. "Sabemos que vamos a enfrentar a uno de los mejores equipos, pero hay que entender que son 27 outs a favor y en contra. Cualquier cosa puede pasar".
"Vamos a dar el 100%, vamos a competir", soltó José "Cafecito" Martínez, uno de los nuevos ídolos de la afición salada. "Si damos todo en el terreno, el otro equipo va a saber que vamos a jugar el 100% siempre, en cada pitcheo y en cada turno".
Y en el litoral esos 25 años de espera se borraron a fuerza de batazos. Y ahora esperan que su club cumpla con los pronósticos para hacer sonar la samba hasta carnaval.

El dato
Será la 11ª final en la historia de Tiburones, que ha ganado seis de ellas. También consiguió una corona al ganar el cuadrangular final de la campaña 68-69, por lo que suman siete coronas en total.

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