Luis Sojo y Andrés Galarraga, excompañeros de Alex Rodríguez en las Grandes Ligas, consideran muy fuerte la sanción que le quieren imponer al jugador de los Yankees, a quien no ven con un sitio en el Salón de la Fama pese a sus números.
Alex Rodríguez siempre tuvo los reflectores bajo su figura. Ser la primera escogencia del draft universitario de 1993 fue el inicio de una carrera marcada por las grandes expectativas, empezando por su paso por los Marineros de Seattle.
En esa organización “A-Rod” dio sus primeros pasos, y prácticamente sin pasar por las menores (actuó 32 juegos en Triple A con .311 de promedio) hizo su estreno en las Grandes Ligas a la edad de 18 años, 11 meses y 11 días, convirtiéndose en el jugador de posición más joven en la historia de la franquicia. Sólo pudo actuar 17 compromisos, en los que apenas ligó para .204, debido a la huelga que terminó abruptamente con esa temporada.
El potencial del nacido en Nueva York, de padres dominicanos, era tan enorme que los Marineros sabían que más rápido que tarde iba a ser su campocorto regular. Por esa razón cambiaron a Omar Vizquel a los Indios de Cleveland el mismo año que escogieron a “A-Rod” en el draft, y por eso le dieron el puesto a tiempo completo para la campaña de 1995.
Con 19 años, no pudo con la responsabilidad. Promedió .232 en 48 juegos cuando el club decidió enviarlo de nuevo a las menores para que madurara. Su lugar lo tomó otro venezolano: Luis Sojo.
“A pesar que en ese momento Alex era el pelotero joven con más proyección, creo que fue muy prematuro su llamado a las Grandes Ligas”, destacó Sojo, quien fue su compañero entre 1995 y 1996 en Seattle. “Ellos debieron esperar un poquito más, y sin embargo él pudo, por su madurez, por su forma de ser, poder sobrellevar todas esas cosas, por ser un muchacho tan joven en Grandes Ligas. Pero todo el mundo sabía su capacidad para jugar al béisbol, y ya han visto las cosas que ha hecho”.
En la campaña siguiente explotó: fue campeón bate de la Liga Americana con .354 de promedio, jugó en el primero de sus 14 Juegos de Estrellas, ganó el primero de sus 10 Bates de Plata y terminó segundo en la votación al Jugador Más Valioso, galardón que se ha llevado tres veces.
Luego de otras cuatro campañas igual de brillantes como la de 1996 con los Marineros, el slugger se declaró agente libre y se convirtió, en 2001, en el jugador mejor pagado en la historia del deporte: los Rangers de Texas le dieron un contrato de 10 años y 252 millones de dólares.
“Cuando llegamos allá a Texas estaba muy impresionado con él por la manera en que trabajaba. De
verdad que era un muchacho muy trabajador, muy dedicado a su juego. Impresionante”, describió Andrés Galarraga, quien también llegó esa misma temporada al club texano como agente libre. “Quizás en ese momento todo el mundo pensaba que estaba sobrepagado, pero después me di cuenta que el tipo de verdad trabajaba: daba 50 jonrones todos los años”.
Em¡n Texas conectó 156 vuelacercas en solo tres temporadas. y en su último año consiguió su primer MVP.
“Cuando eso los pronósticos de él era que iba a romper los récords de Hank Aaron, de Barry Bonds ahora”, acotó “El Gran Gato”, vía telefónica. “De verdad que era muy buen compañero, animaba a todos a trabajar fuerte, a dedicarse, a concentrarse en el juego. Tengo muchas cosas positivas de él”.
Y si los reflectores seguían cada uno de sus pasos tras ser el deportista mejor pagado, la situación se multiplicó con su llegada a los Yankees de Nueva York, en 2004. Allí volvió a coincidir con Sojo, ya retirado y en rol de coach, retomando su labor como mentor de Alex, como en sus años juntos en Seattle.
“Cuando llegó a los Yankees él pidió que yo fuera la
persona que trabajara con él”, rememoró Sojo, quien continuó aconsejando a “A-Rod” como en sus años en Seattle.
“Hay peloteros que viven en su mundo. Alex, cuando llega al equipo, tenía una especia de cuartico en el que estaba con un trainer, como una especia de oficinita”, indicó. “Él estaba llegando al equipo y le dije, ‘mira, esto es los Yankees. Aquí es todo unidad, aquí es ganar, hacer las cosas bien todo el tiempo, y eso se va a ver mal’”.
“En ese momento se veía mal, porque él está allá y nosotros estamos aquí. Al principio eso le pasó a Roger Clemens cuando llegó aquí, y le ha pasado a muchos peloteros que todo el tiempo fueron estrellas en sus equipos, pero en los Yankees la mentalidad es otra”, agregó. “Yo lo puedo decir con base, porque jugué con cinco equipos y nunca vi tanta ansiedad de ganar como cuando llegué a los Yanklees. Después el pelotero se va dando cuenta que las cosas son así de verdad, y ahí es donde empiezas a engranarte y a compenetrarte más con tus compañeros. Pero al principio se ve feo, se ve mal, y por supuesto los peloteros lo van a comentar y van a hablar paja de ti. Pero eso es una cuestión de hacer el ajuste, y Alex lo hizo”.
A pesar de eso, las críticas de la prensa neoyorquina se hicieron sentir con sus decepcionantes actuaciones en postemporada con los mulos, pero aumentaron una vez salió publicado un artículo en la revista Sports Illustrated, en febrero de 2009, cuando su nombre salió dentro de un grupo de 104 peloteros que consumió sustancias prohibidas en 2003. Y aunque negó el uso de esteroides en un principio, lo admitió antes del inicio de esa campaña, diciendo que “era joven, era estúpido e ingenuo”, pero garantizó que todos sus años en Nueva York habia estado jugando “limpio”.
Entonces apareció el caso Biogénesis , que explotó este año con su nombre a la cabeza. Major League Baseball no solo lo acusó de doparse, sino también de reclutar a otros jugadores para la clínica y después buscar entorpecer las investigaciones comprando evidencias. Por eso le dieron 211 juegos de suspensión, y no los 50 que le otorgan a un jugador en su primera infrancción. Las penalizaciones por dopaje se iniciaron en 2004, un año después del tiempo que admitió utilizar, entre 2001 y 2003, con Texas. La longitud de su castigo llevó a Rodríguez a apelar.
“Él sabe que cometió un error. Así lo dijo en el año 2009, pero pienso que ha sido injusta la suspensión, porque lo que es igual no es trampa”, subrayó Sojo. “Hay cosas que no puedes borrar y es eso. Hay peloteros que dijeron que no, que nunca se habían metido sustancias prohibidas en su cuerpo y la verdad prevaleció dos o tres años después, y esa es la parte que molesta”.
“Ya él lo admitió. Lo que digo es si ya lo admitió, ¿por qué le dan una suspensión más larga que a los demás?”, cuestionó Galarraga. “Mi pregunta es por qué a él le han hecho el caso más incómodo, cuando a todo el mundo lo han suspendido 50 juegos. Si van a hacer una cosa debe ser igual para todos”.
“Para mì es por la cantidad de dinero que gana, que se lo están haciendo más difícil para no pagarle, o pagarle lo menos que puedan”, agregó el exinicialista. “Y estoy con esa incógnita, porque han agarrado a un gentío con esteriodes, le meten 50 juegos de suspensión y ya. A este no. Han hecho un trauma de todo eso”.
Lo único seguro es que su legado quedó manchado. Así lo admiten tanto Sojo como Galarraga, quienes consideran a Rodríguez no solo como un amigo, sino como un jugador con una gran ética de trabajo, buen compañero y un gran pelotero, pero con las puertas cerradas en Cooperstown a pesar de sus números (.300, 649 HR, 1.956 CI), así como le ha pasado a Rafael Palmeiro, Mark McGwire, Sammy Sosa y recientemente a Roger Clemens y a Barry Bonds, quienes no han recibido los votos suficientes para ser exaltados.
“Creo que Alex va por el mismo camino. La prensa aquí es demasiado fuerte, es dura”, argumentó Sojo.
“Tiene que costarle (entrar), porque los que están usando esteroides no están pensando en récords de nadie, lo que están pensando es en hacer billetes, en hacer dinero, en tener buenas temporadas para tener sus buenos contratos”, enfatizó Galarraga. “No estoy de acuerdo en darle a esa gente el Salón de la Fama cuando están haciendo unas cosas ilegales. ¿Sabes cuántos flyes me cogieron a mí en la pared? Si me hubiese metido esteroides hubiese dado 600 jonrones. Son buenos bateadores, buenos jugadores, pero están usando cosas ilegales y no se merecen estar en una posición de Salón de la Fama y quitarle récords a quienes jugaron naturalmente”.
¿Con Magallanes?
Luis Sojo compartió con "A-Rod" durante su rehabilitación en las menores y señaló que habló poco sobre el tema de la suspensión con él, aunque admitió que en caso que quiera jugar pelota invernal no dudará en invitarlo al Magallanes, club al cual dirige.
"Si lo pueden dejar jugar en la liga de invierno (para mantenerse activo en caso de una suspensión), créeme que el primer interesado voy a ser yo", dijo Sojo. "Pero son cosas que Alex Rodríguez va a estudiar con sus rerpesentantes".
¿Sigue o se retira?
Sojo: "En lo personal, si Alex no juega la temporada que viene, creo que ya es el final de su carrera, pero solamente es Alex quien sabe".
Galarraga: "Él es muy fuerte de mente, le gusta trabajar. ASí lo suspendan el resto de este año y el otro, el tipo va a seguir jugando si lo quiere hacer".
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