Bob Abreu aspira a demostrar en el Spring Training que aún puede contribuir al éxito de los Angelinos en las mayores.
Bob Abreu llegó al Spring Training de los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim con una incertidumbre que no vivía desde sus tiempos de novato con los Astros de Houston, a mediados de los años 90.
“No es fácil llegar al campo de entrenamiento y no saber qué es lo que va a pasar”, reconoció “El Comedulce”, en una teleconferencia telefónica desde Arizona.
“Voy a jugar desde los primeros partidos del Spring Training, demostrar lo que sé hacer y dejar saber que todavía hay material”.
El aragüeño, quien cumplirá 38 años el próximo 11 de marzo, perdió la titularidad en la alineación del mánager Mike Scioscia tras la llegada de Albert Pujols.
El anterior inicialista, Kendrys Morales, se alternará como designado con Mark Trumbo, mientras que los jardines serán custudiados por Vernon Wells, Peter Bourjos y Torii Hunter, dejando al criollo como alternativa para todos esos puestos.
“En ningún momento pensé que iba a ser perjudicado por eso”, comentó. “Es una llegada fructífera para el equipo. Va a ayudar a conseguir muchas victorias. Albert puede brindarnos el aporte para buscar el título mundial”.
Y el propio Abreu quiere contribuir con el éxito de los Angelinos, más allá de los 400 turnos (o apariciones legales) que le prometió el mánager Mike Scioscia.
“A mí lo que más me conviene es jugar”, afirmó. “En cada oportunidad que tenga voy a dar lo mejor de mí para que vean que todavía me queda”.
Por eso le pidió a su piloto que lo colocara en acción seis veces por semana durante la pretemporada, a diferencia de años anteriores, con la intención de tomar la mayor cantidad de turnos posibles y buscar rendir para que su bate sea difícil de sacar de la alineación californiana.
“No me coloco presión yo mismo”, aseveró. “Simplemente voy a dar lo mejor de mí en los campos de entrenamiento. Son como 30 juegos y voy a jugar más o menos 25 para agarrar más turnos y demostrar que todavía me queda”.
Aunque su producción ha venido en descenso en las últimas tres campañas (.293, 94 empujadas en 2009, .255, 87 en 2010 y .253, 78 en 2011), al toletero zurdo no le pasa por la cabeza la palabra retiro.
“Eso no ha cruzado por mi mente. Sé que puedo jugar y dar un poco más en el béisbol de Grandes Ligas”, afirmó el jugador, quien aspira a seguir cosechando cifras redondas en su carrera.
“Llegar a los 300 jonrones (necesita 16) y ser el tercero (en la historia) con 300-300 (cuadrangulares y robos), llegar a los 2.500 hits (le faltan 116) son metas importantes en mi carrera”, señaló. “Uno quiere que se logren todas esas cosas”.
Y para eso será fundamental ver acción como lo ha hecho desde 1998, cuando jugaba para los Filis de Filadelfia. Por ello volvió a trabajar fuerte en el aspecto físico, dejando claro que podrá actuar en cualquier puesto de la defensiva, pese a su edad.
“Conozco muy bien mi cuerpo y sé hasta dónde puedo llegar”, explicó. “En un tiempo uno sabe que va a cumplir un rol únicamente de designado, que las piernas no serán las mismas o los reflejos no son iguales, pero yo me siento bien”.
“Con 37 años debes saber mantener tu cuerpo. No es nada fácil. Debes trabajar el doble”, reconoció. “Pero eso no es impedimento para seguir produciendo en mi carrera”.
Y lo más importante será ayudar a los Angelinos a conseguir el título, con lo que sumaría su primer anillo de Serie Mundial en lo que será su 17ª campaña en las mayores.
“La mentalidad es ganar, buscar ese anillo de campeón que yo y muchos peloteros anhelan”, acotó. “Quiero ganar y ser parte de esos triunfos”.
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