“Hay chance de jugar"

Carlos González, quien se casó ayer en Orlando, dijo que espera volver con Águilas esta temporada.  “Es la primera vez que (los Rockies) me hablan dejando abierta la posibilidad. Antes me decían que no jugaría de una vez”, aseguró.

Carlos González está dedicando el receso de temporada exclusivamente para compartir en familia, despejando su mente de nueve meses entregado a la causa de los Rockies de Colorado.
El grandeliga zuliano recibió esta semana en Orlando a sus familiares, quienes viajaron para celebrarle el cumpleaños, el pasado miércoles 17 de octubre, y acompañarlo, ayer, a su matrimonio con la joven Indonesia Riera.
“Es momento de compartir en familia estos momentos especiales”, dijo “CarGo”, vía telefónica desde Estados Unidos, mientras hacía varias diligencias previas a su boda. “Pero creo que en un par de semanas ya volveremos a pensar en el béisbol”.

González, de 27 años, recibió una llamada el día de su cumpleaños de Dan O’Dowd, gerente general de los Rockies, quien lo felicitó y aprovechó para hablarle sobre algo que ha sido un tema casi que prohibido en los últimos años: el béisbol invernal.
“El gerente me llamó, me felicitó y me habló sobre la posibilidad de jugar en Venezuela”, contó el jardinero. “Creo que hay chance de jugar, porque ellos saben que quiero prepararme para ir al Clásico Mundial de Béisbol y quiero llegar en buena forma”.
González ha reiterado su deseo de defender a Venezuela en el Clásico Mundial del próximo año, por lo que espera que eso sirva para que su organización reconsidere la idea de permitirle uniformarse con Águilas del Zulia.
“(El Clásico Mundial) es la excusa perfecta para recibir el permiso”, señaló. “Y creo que es muy posible que pueda jugar, porque es la primera vez que me hablan dejando abierta la posibilidad. Antes me decían que no jugaría de una vez”.

“CarGo” no viste el uniforme de las Águilas desde la campaña 2009-2010, cuando bateó para .272, con siete jonrones y 21 remolcadas en 33 compromisos.
Desde entonces explotó todas sus condiciones en las mayores: fue campeón bate de la Liga Nacional en 2010, temporada en la que ganó el Guante de Oro, el Bate de Plata, y fue tercero en la votación al Jugador Más Valioso.
Esa actuación le sirvió para sellar un acuerdo por siete años y 80 millones de dólares, un pacto que también significó su despedida momentánea del béisbol invernal.
“Yo siempre quiero jugar en Venezuela. Me gusta ponerme el uniforme de las Águilas y jugar en Maracaibo”, aseveró. “Pero esa decisión ya no solo depende de mí. Uno entiende que el equipo quiera cuidar su inversión”.
González terminó la reciente temporada de las mayores con una lesión en el tendón de la corva izquierda, que evitó que pisara el terreno desde el pasado 23 de septiembre.
“El gerente me dijo que ahora lo más importante es que termine de sanar de esa molestia”, apuntó el slugger. “Que más adelante, sabiendo que estoy totalmente recuperado, volveremos a tocar el tema de jugar con Águilas”.

Aunque aún no ha recibido el visto bueno de parte de los Rockies, “CarGo” ya piensa en volver a sentir el ambiente del béisbol venezolano.
“Jugar en Venezuela es algo indescriptible, y hacerlo frente a los fanáticos de las Águilas es aún mejor”, resaltó. “Quiero jugar así sea una semana. Si me dan el permiso, debutaré en casa”.
González sabe que, de jugar, no lo hará antes del 15 de diciembre, pero por sus intenciones, la fecha tentativa de estreno sería el 21 de diciembre, ante Tigres de Aragua, en el inicio de la última serie en casa del club, y que sería un regalo de navidad adelantado para la afición.
Los rapaces estará en la carretera entre 14 y 20 de diciembre, recibirán a los felinos en el estadio Luis Aparicio entre el 21 y 23, y cerrarán la ronda regular afuera entre el 27 y 29 de diciembre.
“Si juego, tengo que debutar en Maracaibo, ante mi gente. Si no, no tiene sentido”, subrayó el marabino, quien indicó que comenzará su acondicionamiento físico en par de semanas.
Por ahora, González está de descanso absoluto. El béisbol está en segundo plano, después de su familia... Pero con la mira puesta en vestirse de naranja.