Desde que recibimos la oportunidad de formar parte del Comité Contemporáneo para elegir a los posibles miembros del Salón de la Fama del Béisbol Venezolano, hemos tomado con toda la seriedad del caso la responsabilidad –y el honor- que eso significa.
Saber que en nuestro poder está la potestad de exaltar o dejar fuera a peloteros que se dieron íntegro en el terreno de juego, no es tarea fácil. Es un compromiso que no se debe tomar a la ligera y eso es lo que hemos tratado de hacer en estos últimos años.
Dicho esto, continuamos mencionando la lista de peloteros elegibles por el Comité Contemporáneo:
Jugadores de posición
Jesús Alfaro
Clemente Álvarez
Oscar Azócar
Oswaldo Blanco
Leonel Carrión
Oswaldo Guillén
Leonardo Hernández
Robert Machado
José Francisco Malavé
Raúl Marcano
Eduardo Pérez
Luis Ernesto Salazar
Mark Whiten
Roberto Zambrano
Pitchers
Wilson Álvarez
Argenis Conde
Omar Daal
John DeSilva
Mark Guerra
Oscar Henríquez
Danilo León
Doug Linton
Julio Machado
José Solarte
Antes de explicar mis argumentos, es bueno recordar algunas normas que deben cumplir los peloteros, principalmente la número 73, que reza: El pelotero venezolano debe haber actuado por lo menos diez (10) temporadas de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional o en las Grandes Ligas (MLB). El pelotero extranjero debe haber participado en por lo menos cinco (5) temporadas en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (Lvbp).
Tomando eso en cuenta, comenzó nuestro debate: ¿quién es un candidato fijo para ser inmortalizado?
Fue fácil encontrar tres: Oswaldo Guillén, Wilson Álvarez y Luis Salazar.
Se podría decir que Guillén no fue un pelotero extraordinario en la Lvbp con Tiburones de La Guaira. Tuvo una línea ofensiva de .279/.279/.345, con 117 remolcadas en 13 temporadas, pero fue clave en la famosa “Guerrilla” que ganó tres títulos en la década de los 80.Claro, ganar campeonatos no te hace un inmortal por unanimidad, y allí es cuando marca la diferencia su actuación en las Grandes Ligas. De los 271 venezolanos que han jugado hasta el día de hoy en las mayores, sólo dos han ganado un premio al Novato del Año. Uno de esos es Guillén.
De esos 271, sólo 13 poseen Guantes de Oro. Uno de ellos es Guillén. Además, sólo 36 han participado en Juegos de Estrellas. De más está decir que uno de ellos es Guillén, y que lo hizo tres veces.
Pero sus logros no terminaron con su retiro como pelotero activo. Se convirtió en el primer mánager venezolano en las mayores y en el primer latino en dirigir y ganar una Serie Mundial y un Juego de Estrellas. Creo que los méritos sobran y por eso Oswaldo Guillén fue el primer nombre en nuestra papeleta.
Seguimos con Wilson Álvarez, recordado principalmente como el primer venezolano en lanzar un juego sin hits ni carreras en las mayores.
Pero no es esta hazaña la que nos hizo colocarlo segundo en nuestra boleta. El zuliano se convirtió en los años 90 en un embajador único del pitcheo criollo en las mayores. Impuso una cantidad de récords que lo convirtieron, en su momento, en el mejor lanzador venezolano en la historia de las mayores, hasta la llegada de Freddy García, Johan Santana, Carlos Zambrano, Félix Hernández y compañía.
Ganó 15 juegos al menos dos veces en su carrera, fue a un Juego de Estrellas y ganó 102 compromisos en 14 campañas en las mayores. Aunado a eso, en Venezuela se convirtió en el primer venezolano en ganar la Triple Corona del pitcheo, cuando lo consiguió en la campaña 91-92 con Águilas del Zulia. Su protagonismo en el norte le restó innings en Venezuela, sin contar sus constantes lesiones al final de sus años como lanzador, por lo que su 2.50 de efectividad acumulada en 13 temporadas no le permite estar de tercero entre los líderes históricos de ese departamento, al acumular sólo 385 entradas, y no las 500 que lo colocarían entre los mejores de todos los tiempos.
Además, celebró cuatro de los cinco títulos que posee la franquicia rapaz y fue inmortalizado el año pasado en el Pabellón del Caribe, así que tampoco había que pensarlo mucho para colocarlo en nuestra lista de elegidos.
Después llegamos a Salazar, también miembro de la famosa “Guerrilla” de los Tiburones y quien culminó su recorrido en la Lvbp con promedio de .294, 43 vuelacercas y 370 fletadas. Tuvo 10 campañas de 20 o más remolcadas, cuatro de ellas con 30 o más, cifras muy respetables para una liga tan corta como la criolla. En su currículo tiene el premio al Regreso del Año de la campaña 86-87 y el de Jugador Más Valioso de la zafra 87-88. Si a eso le sumamos que estuvo 13 temporadas en las mayores, con un decente promedio de .261, sabemos que no estamos hablando de un pelotero venezolano “cualquiera”.
Estos tres jugadores tenían una ventaja sobre los demás candidatos: sus años de servicio y logros en la mejor liga del béisbol.
Después llegó lo difícil. ¿Existían más jugadores dignos de ser inmortalizados? A nuestro juicio, sí, aunque se tuvo que escarbar más argumentos que nuestros tres primeros seleccionados.
Observando estadísticas comenzamos a descartar a Clemente Álvarez, Robert Machado, José Francisco Malavé, Raúl “Tucupita” Marcano, Mark Whiten, Argenis Conde, John DeSilva, Mark Guerra y Doug Linton. Al resto tuvimos que analizarlos más.
Y eso nos llevó a colocar a Leonardo Hernández, poderoso ex toletero de Leones del Caracas y Tigres de Aragua, quien acumuló 72 cuadrangulares (6º) y 416 remolcadas (4º) en 15 zafras, ubicándose entre los 10 primeros en la historia de la Lvbp en esos departamentos. Su línea de .262/.262/.391 no es extraordinaria, pero su producción, sin duda, estuvo por encima de la liga.
Eso mismo nos hizo darle un voto a Roberto Zambrano, sexto de todos los tiempos en jonrones (71) y empujadas (398), con un decente promedio de .271 en 19 campañas. En la campaña 2001-2002 se quedó a un jonrón de igualar la marca de más vuelacercas en un año, aún en poder de Baudilio Díaz, y completó nueve campañas de 20 o más remolcadas, de esas seis de 30 o más y dos de 40 o más fletadas.
Además, ganó el Regreso del Año de la campaña 95-96, fue Productor del Año en las temporadas 96-97, 99-00 y 01-02, siendo también el Jugador Más Valioso en esas últimas dos campañas.
Nos quedaba un sufragio, y tras descartar a Jesús Alfaro, Oscar Azócar, Eduardo Pérez, Oscar Henríquez, Danilo León, Julio Machado y José Solarte, nos debatimos entre tres nombres: Leonel Carrión, Omar Daal y Oswaldo Blanco.
Como siempre es más fácil comparar bateadores con bateadores o lanzadores con lanzadores, descartamos al actual técnico de Águilas tras presentar números inferiores a los de Blanco, quien aún está dentro de los 10 primeros en la historia de la Lvbp en juegos (954, 7º), turnos (3229, 8º), hits (860, 10º), dobles (149, 6º), extrabases (204, 10º) y empujadas (370, 10º). Carrión (.268, 31 HR, 331 CI) no figura en ninguna de las anteriores.
Daal, por su parte, presenta la tercera mejor efectividad en la historia del circuito, con 2.59 en 534 innings acumulados en 12 campañas, en las que dejó récord de 39-21. Su caso lo apoyan dos premios al Pitcher del Año, en las campañas 95-96 y 96-97, pero nos decantamos por los números históricos de Blanco para cerrar nuestra planilla.
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