domingo, 23 de agosto de 2015

Las tres décadas del "Gran Gato"

Andrés Galarraga se estrenó en las mayores hace 30 años con los Expos  al salir como emergente ante los Dodgers. “No me sentía nervioso”, recordó.

Andrés Galarraga se estaba preparando para ser padre, en 1985, cuando recibió una llamada que significó el inicio de su camino hacia el estrellato.
“Recuerdo que fue una gran emoción. Estaba de gira en Indianápolis, con la Triple A de Montreal, y era el último día para ir para la casa, y Eneyda estaba en estado de mi hija mayor”, contó el caraqueño, de 54 años, vía telefónica desde West Palm Beach. 
“Ella (su esposa) estaba contenta, porque íbamos a regresar a casa, y la llamo todo emocionado y le digo: ‘Mi amor, no voy a poder ir a la casa, porque me subieron a Grandes Ligas’. Me responde, ‘Ay, ¿pero por qué no esperan que vengas?’”, contó. “‘No, mi amor, eso no es así. Tengo que irme a Montreal mañana’. Ella estaba llorando, por un lado, porque estaba embarazada esperándome, pero a la vez estábamos los dos contentos, porque me habían subido a las Grandes Ligas”.
El 23 de agosto de 1985, hace exactamente 30 años, al nativo de Chapellín hizo su estreno en las mayores con los Expos, que recibían en casa a los Dodgers de Los Ángeles.
“En mi debut me sacaron de emergente y fallé, pero no me sentía tan nervioso”, dijo el exinicialista, quien se ponchó ante el zurdo Carlos Díaz en el octavo y tomó el puesto en la primera base por Scot Thompson. “Al otro día, que estaba en el line up, Dios mío, no esperaba la hora que empezara el juego”.
“Estaba muy emocionado, porque no veía la hora de jugar mi primer juego”, agregó. “Era contra los Dodgers y estaba pitcheando Rick Honeycutt, un zurdo, y recuerdo que di un batazo por encima de la tercera base, que pudo haber sido un doble, y recuerdo clarito que Enos Cabell estaba jugando en la tercera base y la tumbó, pero llegué quieto a primera. Ese fue mi primer hit en Grandes Ligas. Bateé de 3-1”.
Esa fue la primera huella que dejó “El Gran Gato” en las mayores.
“Recuerdo cuando me dieron los viáticos para mi primer viaje, era más que los cheques que me daban en ligas menores, y ahí dije, ‘Bueno, señores, aquí no hay quien me baje de Grandes Ligas’”.
Y allí se mantuvo durante 19 años para hacer historia con  sus batazos.

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