Al final, Freddy Galvis y Wilfredo Romero fueron los jugadores que consiguió la gerencia rapaz para reforzarse de cara a la campaña 2011-2012 del béisbol profesional venezolano.
Muchos pegaron el grito al cielo. Otros, simplemente esperan que entren en acción. El recuerdo de las salidas de Alberto Callaspo, Humberto Quintero y Andrés Eloy Blanco, en los últimos dos años, trajo a figuras emergentes como Alex Torres, Ernesto Mejía y José Pirela, dándole la razón a la gerencia zuliana por sus movimientos.
“Los cambios siempre son para bien”, dijo, filosóficamente, Galvis, un prospecto que está en el róster de 40 de los Filis de Filadelfia. “(Estoy) contento por estar en un nuevo equipo, como Águilas del Zulia, y preparándome para esta temporada que viene”.
“Es un equipo que ha hecho muchos movimientos, y los movimientos les han salido bien, gracias a Dios”, agregó. “Esperamos que este movimiento también sea para bien”.
Galvis llegó desde Navegantes del Magallanes a cambio de Mario Lissón, quien era llamado a ser el antesalista rapaz. El nuevo jugador será el campocorto titular, amparado en su excelente defensiva, lo que generará la mudanza de Henry Rodríguez a la intermedia y de Pirela, Novato del Año de la zafra pasada, a la tercera base.
“Como pelotero, mi punto fuerte es la defensiva, como todo el mundo sabe, y en la ofensiva soy un pelotero que juega para el equipo”, se describió. “Mi trabajo es mover a los corredores, estar en base, correr en las bases y dejar que los grandes hagan su trabajo, trayendo las carreras. Soy esa clase de pelotero que tiene que estar en base, tocar la pelota y mover a los corredores”.
Y eso es lo que espera la gerencia de Águilas de Galvis, quien llegó, principalmente, para evitar carreras y el desgaste de los lanzadores con su guante, que ha sido catalogado como uno de Grandes Ligas y comparado, incluso, con Omar Vizquel.
“Uno se contenta con los comentarios que hacen los scouts y las personas, pero esas son palabras. Uno siempre tiene que dar el 100% y jugar fuerte para darse a conocer”, subrayó. “(Estoy) bien contento con las cosas que se comentan y la meta es seguir trabajando fuerte para que eso no se quede en boca y en palabras, sino que uno también tenga la oportunidad de jugar Grandes Ligas y así darse a conocer más”.
Y en Maracaibo espera darse a conocer desde el propio 12 de octubre, fecha inaugural de la Lvbp y en la que los zulianos reciben a sus ex compañeros del Magallanes.
“Ya (los gerentes) pidieron permiso a la gente de los Filis y creo que ya está dado. Estaré incorporándome lo más pronto posible, desde el primer día, si Dios quiere”, aseguró. “Sé que la liga en Venezuela me va a ayudar a hacerme un mejor pelotero, me va a dar más experiencia, y voy a tratar de aprovechar las oportunidades y aprender al máximo”.
“Estoy bastante emocionado por la oportunidad que me están dando en un equipo lleno de jóvenes”, destacó el jardinero, recientemente dejado en libertad por los Saraperos de Saltillo, de la liga mexicana.
“Yo creo que sí puedo inyectarle ese positivismo y esa energía (al equipo). Hay jóvenes con experiencia y queda que el equipo tenga esa unidad para que todo salga bien”, apuntó. “Eso fue parte de lo que yo viví cuando estuve con Tigres de Aragua, que era un equipo muy unido, y eso ayudó al éxito. Zulia ahora va a tener esa oportunidad, porque tiene demasiado talento”.
Los rapaces esperan que Romero, de 36 años, sea el bateador que promedió sobre .290, con más de 30 remolcadas, en las últimas dos campañas completas que jugó con Tiburones de La Guaira, antes de ser cambiado, el año pasado, a Caribes, club con el que prefirió no jugar.
“Las cosas no se dieron como tenían que darse. Les expliqué mis razones y él ( Samuel Moscatel, gerente de la tribu) las entendió. Ellos (los directivos de Caribes) no consultaron conmigo y pienso que soy un pelotero que tiene muchos años en este negocio y que merezco respeto”, manifestó. “La gente de Zulia sí me llamó. Estuvo en contacto conmigo antes del cambio y me preguntaron si me interesaba jugar allí. Cuando te llaman ves que hay respeto. Me alegró que Caribes haya quedado campeón, pero me dediqué a la iglesia y a la música. Ahora el Señor me está dando una oportunidad más en el béisbol venezolano y llego a un equipo aguerrido y joven”.
“(Oliveras) es muy respetado en México y en Puerto Rico. Tiene la escuela de Lino Rivera, con quien yo jugué durante ocho años. Él fue uno de los que aprobó el cambio”, aseveró el aragüeño, quien espera demostrar que aún puede rendir en esta liga.
“No soy un bateador de fuerza, sino de contacto, y ese estadio (el Luis Aparicio) me va a ayudar a utilizar todo el terreno para batear, para correr las bases”, destacó. “Siempre habrá sus desventajas, como la brisa, pero trataré de aprovechar el terreno”.
Y es algo que espera empezar a hacer, al igual que Galvis, desde el 12 de octubre, para tratar de devolverle la alegría a una fanaticada que no conoce un título desde la zafra 1999-2000.
“Ellos (las Águilas) tienen un buen staff de pitcheo. Lo que gana campeonatos en esa liga es el pitcheo”, resaltó “No sé qué importados llevarán, pero tienen un equipo balanceado, que va a dar mucha guerra este año”.
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