domingo, 13 de abril de 2014

El camino los unió en Baltimore

Wilson Álvarez trabaja junto con Johan Santana en su rehabiltación con los Orioles. El técnico ayuda con su experiencia a su nuevo pupilo.
Cada mañana, en el Ed Smith Stadium, sede primaveral de los Orioles de Baltimore, Johan Santana comienza una larga rutina en su camino de regreso a las Grandes Ligas.
Allí, en Sarasota, el único venezolano con dos premios Cy Young en sus vitrinas, encontró como aliado a otro zurdo que, en su tiempo, fue el mejor lanzador venezolano en las mayores: Wilson Álvarez.
“Yo había hablado con él, pero no había compartido tanto”, señaló el zuliano, quien es el coach de pitcheo de la sucursal de novatos de la organización. “He sentido que él a mí me idolatra, y viceversa; yo a él también, porque es un Cy Young”.

“Así sea más joven que yo, cuando uno llega a ese nivel en Grandes Ligas, uno admira a la persona”,
explicó. “Mutuamente nos admiramos y nos respetamos, y nos tratamos como personas que hemos jugado en Grandes Ligas, y a la hora de trabajar nos comunicamos muy bien”.
“El Gocho” realiza la mayor parte de su rehabilitación con un trainer que el club colocó a su disposición, pero “El Intocable” también ha trabajado con él en su preparación física, luego de someterse a otra cirugía del hombro, el año pasado, su segunda desde 2010.
“Él se está recuperando bien. Va lento, pero bien. No quieren que le pase lo de la primera vez”, destacó el zuliano, de 44 años, sobre la recaída del andino durante el Spring Training del año pasado, con los Mets de Nueva York. “Creo que se apresuró un poco o lo quisieron apurar. Aquí lo llevan con calma”.
Álvarez se mantiene atento al programa de Santana, quien ha realizado varias sesiones de bullpen en presencia de su compatriota.
“La velocidad todavía no está ahí, no ha llegado, pero eso viene más adelante”, señaló. “Lo que es la acción del brazo está muy bien, no le molesta nada, y lo que son sus lanzamientos, la rotación de la pelota, es buena. Se está recuperando bien”.
La nacionalidad es una de las tantas cosas que tienen en común. Son los únicos lanzadores zurdos criollos con más de 100 victorias en las mayores, los únicos de esa mano en lanzar un no hit no run, pero también tienen en común la realización de un largo proceso de rehabilitación tras sufrir lesiones en el hombro.
El marabino fue operado en el manguito rotador y del labrum de su hombro en la campaña de 2000, cuando pertenecía a las Mantarrayas de Tampa Bay. No lanzó esa temporada, ni en el 2001. Esa amarga experiencia también le está sirviendo a Santana.
“De eso estábamos hablando en estos días, porque él tiene el deseo de regresar y me estaba preguntando cómo hice”, contó el técnico, quien detalló la conversación:
—Yo estuve dos años sin pitchear. No fue fácil.
—Ajá, ¿pero cómo hiciste? Yo me vuelvo loco—, replicó el
merideño.
—Yo también. ¿Crees que estar dos años sin jugar fue fácil? No fue fácil, pero hay que tener paciencia, porque uno lo que hace es apurarse y resulta que es peor. En vez de ir hacia adelante, vas hacia atrás—, aconsejó Wilson.
—Eso fue lo que a mí me pasó la primera vez—, añadió Santana.
—Lo que hay es que tener paciencia, seguir trabajando, hacer lo que estás haciendo con tu programa, que hasta los momentos vas súper bien.
Álvarez sabe muy bien cuál es el sentimiento de Santana, quien no lanza desde el 17 de agosto de 2012.
“Es bastante frustrante estar sentado allí viendo los juegos por televisión, con tus compañeros jugando, y no puedes hacer nada. Uno a veces dice, ‘¿qué hago, Dios mío?’ A veces te dan deseos de entrar a ver qué hace uno. No es fácil”, recordó el exlanzador, quien no hizo ningún pitcheo en las mayores entre el 2 de octubre de 1999 y el 6 de abril de 2002. “Ya después que regresas, que estás en el montículo otra vez, dices, ‘valió la pena haber trabajado tan fuerte para poder regresar aquí’”.
“Eso es lo más satisfactorio de todo, que uno esté en el montículo otra vez. Por eso pasé por todos esos dolores”, añadió. “Al principio de la rehabilitación eso es dolor por todos lados. No es solamente operarte, sino después también, porque esos músculos se paran por tanto tiempo, por tantos meses, que ponerlos a funcionar otra vez es doloroso. Eso duele, al principio duele, y es donde uno tiene que tragársela, aguantársela y seguir para adelante”.
Algo que también tienen en común es que, casi a la misma edad, sufrieron una segunda lesión grave del hombro. El zuliano, quien se pudo volver a montar en un montículo de las mayores en 2002, necesitaba una segunda operación del labrum de su hombro en 2005, a los 35 años, pero decidió retirarse. El andino tenía que volver a reparar la cápsula anterior del hombro el año pasado, a los 34, y decidió operarse. A los 35 años sigue anhelando montarse en el montículo.
“A él le dieron esperanzas (de regresar) y a mí no, por eso no quise operarme”, recordó. “A mí me
dijeron que si me operaban otra vez el labrum, iba a quedar sin cartílago. No me garantizaban que iba a quedar bien y es por eso que decidí retirarme”.
Álvarez dijo adiós como el único criollo con un no hitter y con 100 o más victorias en las mayores (101). Nueve años después, todos sus registros han sido eclipsados, principalmente por Santana, quien  llegó a ser en un momento el mejor pitcher de todo el béisbol.
Y “El Intocable” no tiene duda que su nuevo pupilo volverá a lanzar en las Grandes Ligas.
“Algo que me dice todos los días es, ‘yo lo que quiero es regresar y demostrarle, no al mundo, sino a mí mismo, que sí puedo’”, destacó el marabino. “Lo que más me gusta de él es el ánimo, el entusiasmo que él tiene. Él está todos los días, ‘ven, vamos a trabajar, dame rollings’. Busco un fongo, un balde de pelotas y le doy sus rollings. Parece un muchachito. Tiene 35 años y parece un carajito de 15 practicando. Quiere hacer de todo, quiere trabajar, quiere hacer más. A veces le doy un balde de pelotas, le doy rollings, y me dice, ‘dame más’. El hombre quiere en verdad estar al 100% al momento de regresar”.
“Son muy pocos los que tienen su ánimo. Él tiene los deseos de jugar, los deseos de pitchear otra vez en las Grandes Ligas, y así como lo veo en estos momentos, él va a regresar”, agregó. “Pienso que no va a tener la misma velocidad de antes, pero sí va a poder hacer su trabajo de estar en las Grandes Ligas y demostrarle a mucho que sí puede”.
El club proyecta que Santana esté en un par de semanas enfrentando a bateadores en las prácticas y para mediados de mayo esté lanzando en juegos de rehabilitación en las menores. SI todo sale según lo planificado, podría estar en el equipo grande en julio.
“Él va muy bien. Aquí la gente se ha sorprendido. Se podría decir que está un poquito adelantado”, subrayó Álvarez. “A él no lo están apurando, pero ellos (los Orioles) quisieran verlo listo para el juego más o menos para el mes de julio. Si él se recupera bien y termina este año demostrando que puede pitchear otra vez en las Grandes Ligas, él va a estar aquí el próximo año”.
Los dos mejores lanzadores zurdos que han representado a Venezuela en las Grandes Ligas están tan optimistas que ya hicieron un pacto cuando consigan su objetivo.
“Si él regresa lo vamos a celebrar en grande”, contó. “Vamos a tomarnos un par de cocteles,  compartir una cena, celebrarlo de forma sana y con toda la familia”.

Publicado en el Diario Panorama el domingo 13 de abril de 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario