Yusmeiro Petit quedó a un strike de lanzar un juego
perfecto, pero el emergente Eric Chávez le arrebató la gloria con un sencillo ante
una recta afuera en cuenta de 3-2. “No siento ningún arrepentimiento por ese
pitcheo”, dijo el zuliano, quien lanzó el primer blanqueo de su carrera.
Yusmeiro Petit ya sabía lo que era perder un no hitter.
Ahora también sintió lo que es perder un juego perfecto, quedando a un paso de convertirse en el 24° lanzador en la historia de las Grandes Ligas en
conseguir la hazaña.
El zuliano quedó a un strike de unirse a una lista en la que
aparece Félix Hernández, pero el emergente Eric Chávez se encargó de colocarlo
en otra, ahora de 12 serpentineros, que quedaron a un out de la gloria y
que incluye al también criollo Armando Galarraga.
“Esa lista es muy estrecha. Solamente 23 personas lo han
logrado y en verdad me siento muy contento por lo que pasó, pero si no lo logré
fue por algo. Solo Dios sabe”, razonó el derecho, vía telefónoca desde San
Francisco, donde consiguió la noche del viernes el primer blanqueo de su
carrera en el triunfo de los Gigantes 3-0 sobre los Cascabeles de Arizona.
“Estoy en la lista con Galarraga, está bien, pero son pocos
quienes han estado a un solo out, a un solo strike. Esa es la gran diferencia”,
agregó. “En ese momento uno piensa en alcanzar lo máximo y uno muere es tratando
de alcanzar lo máximo y así morí”.
Petit retiró consecutivamente a 26 jugadores de los
Cascabeles, antes que Chávez le conectara una línea que no pudo alcanzar el
jardinero derecho Hunter Pence.
“Ese último momento cuando dije, ‘bueno, 3 y 2, voy a tratar
de hacer mi mejor pitcheo para ver si muero guerreando, pero no voy a tratar de
dar base por bolas, porque quiero alcanzar lo máximo’”, recordó. “Y fue lo que
pasó, me dio hit, morí así, pero me siento contento por todo lo que pasó”.
El marabino, de 28 años, le lanzó una recta afuera al
veterano toletero, quien destrozó la ilusión de todos los presentes en el
AT&T Park, de San Francisco.
“Fue un pitcheo buenísimo, una recta afuera”,
reconoció. “Estaba tratando de buscar
que diera un fly al left field, pero él es muy veterano y pudo manejarla hacia
el right field. Fue un pitcheo muy bueno”.
Pence recorrió unos metros hacia adelante, pero su esfuerzo
fue en vano. Petit dio un grito para descargar su rabia mientras se agarraba la
cabeza, pero retomó la compostura para dominar a A.J. Pollok y obtener el
primer juego completo y primer blanqueo en su carrera, luego de 40 aperturas en
seis temporadas.
“Sentí una sensación un poquito dolorosa, pero yo quería terminar
mi juego”, subrayó. “Quería terminar todo y por eso fue que me concentré en el
último bateador y pude hacer las coas bien”.
Menos de 24 horas después de lo sucedido, asegura que no
hubiese cambiado nada para intentar entrar en la historia de las mayores.
“Estuve muy cerca de lograrlo y de entrar prácticamente en
el libro de los inmortales, pero no me arrepiento de ese pitcheo, porque me
sentía bien con la recta y 100% estaba seguro que iba a tirar una recta”,
explicó. “No sabía si era adentro o afuera, pero sabía que era recta, porque si
moría iba a morir guerreando con mi mejor pitcheo, y me sentía confiado”.
“Sentía que podía hacer ese pitcheo bien y si no se me daba
el juego perfecto, podía tirar un no hitter, pero yo iba por todo, iba
especialmente por el juego perfecto, porque es mucho más glorioso que el no
hitter”, añadió. “Pero me siento contento, me siento feliz. No siento ningún
arrepentimiento por ese pitcheo”.
No era la primera vez que Petit veía desvanecer la entrada a
la
inmortalidad. El 4 de agosto de 2009, lanzando con Arizona, quedó a seis
outs del no hitter, pero su compatriota Ronny Cedeño le rompió la joya abriendo
el octavo inning.
“Ese recuerdo sí me vino cuando me percaté que estaba en el
sexto y podía suceder de nuevo”, reconoció. “Pero me enfoqué esta vez mucho
mejor y me sentí mucho mejor, y pude llegar así al noveno, a solamente un
strike”.
En el sexto, luego de un batazo de su rival en el montículo,
Patrick Corbin, fue que se dio cuenta de lo que estaba gestando. El noveno
bateador de los Cascabeles casi le rompe la joya en ese momento, pero apareció
el guante de Juan Pérez en el left field para preservar, momentáneamente, la
magia del zuliano.
“En ese momento fue que me di cuenta, que miré a la pizarra”,
apuntó. “Después lo que sentía era alegría, felicidad y concentración. Esa es
una de las cosas más importantes. Me concentré muy bien, porque sabía que tenía
que trabajar mucho y tenía que pensar mucho, saber lo que ya le había tirado a los
bateadores anteriormente y qué es lo que les había hecho daño anteriormente
para tratar de mezclarlos”.
Petit pudo superar su actuación de 2009, pero se quedó corto
nuevamente para hacer historia. Sus compañeros se mostraron un poco
decepcionados después del último out, pero el propio lanzador lo celebró
efusivamente, debido a que solo él sabe lo mucho que le ha costado brillar en
el más alto nivel, luego de cuatro años llenos de altibajos.
fue algo muy grande”, enfatizó. “Primero, tirar un juego completo en
Grandes Ligas, un shutout (blanqueo), solamente un hit y a Arizona, viniendo de
enfrentarlos en el juego anterior también. Son cosas importantes que uno se
pone a analizar y uno se da cuenta que es algo difícil”.
“Para mí, muy dentro de mí, lo logré. Lo pude sentir. Por eso es
que lo celebré, porque para mí es algo importante”, afirmó. “No sé para los
demás. A lo mejor ellos han tenido uno o han visto uno, pero para mí es algo
único, porque nunca había vivido tan cerca un no hitter ni un juego perfecto”.
Y su mayor alegría es saber que está encaminando a consolidarse
en las mayores, luego depasear sin mucho éxito por los Marlins y los Cascables,
entre 2006 y 2009, pudiendo retornar a las mayores el año pasado con los
Gigantes tras una pasantía en la liga mexicana.
“Sé que fueron cuatro años fuera de este nivel y voy a
tratar de seguir trabajando para mantenerme aquí, pero me siento contento por
lo que estoy viviendo y lo que estoy pasando”, dijo el zuliano, quien tiene ha
ganado sus tres aperturas del año, consecutivamente, para dejar su marca en
3-0, con 2.05 de efectividad en 26.1 innings.
aprovechándolo, tratando de hacer mi trabajo”, acotó el derecho, quien apenas
ha otorgado cuatro boletos y ha tenido en su controla su mejor aliado.
Ante Arizona, club con el que impuso una marca personal de
abanicados con 10 en su apertura anterior a la del viernes, lanzó 95 pitcheos,
69 de ellos en strike, y le abrió con pelotas en zona buena a 21 de los 28
toleteros que enfrentó, pasando a siete de ellos por la vía del ponche.
“En estos momentos me siento tan bien que sí me puedo considerar
que estoy listo para consolidarme en Grandes Ligas”, señaló. “Estoy trabajando
la mecánica perfectamente, haciendo los ajustes, he trabajado mucho en la consistencia
de todos los pitcheos, y en verdad me siento muy contento”.
“He rodado mucho (en los últimos cuatro años), pero hasta es
el momento de hacer buen trabajo y quedarme en este nivel”, agregó. “Ya que sé
que puedo trabajar en este nivel”.
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