Alex Ramírez sabía que más temprano que tarde llegaría uno de los momentos más sublimes de su vida como pelotero en el béisbol japonés. Con siete imparables por dar para vestirse de gloria antes del inicio de temporada, el pasado sábado le llegó el momento de su consagración en la Nippon Professional Baseball.
“Ramichan”, como es conocido en tierras asiáticas, disparó un cuadrangular solitario ante Masanori Ishikawa, su excompañero de las Golondrinas de Yakult, para arribar a los 2.000 hits, una cifra a la que solo 41 peloteros habían llegado antes en el circuito, ninguno de ellos extranjero. Fue una celebración completa después del triunfo final de sus Yokohama DeNA BayStars 6-3 en Jingu Stadium.
“Es una bendición de Dios lograr algo así, especialmente aquí en este país”, dijo el jardinero, vía telefónica desde Tokio. “Me siento muy contento de representar a mi patria. Es un orgullo este logro tan grande, del cual me siento muy satisfecho”.
El mirandino, de 38 años, estaba preparado mentalmente para conseguir la hazaña, pero jamás se imaginó
que la lograría con un batazo de vuelta completa. De hecho, tras la conexión, no pensó que la bola rebasaría la cerca del jardín izquierdo.
“En realidad no (pensé que lograría los 2.000 hits con un jonrón), porque es algo que a uno nunca le pasa por la mente”, confesó el slugger, quien la desapareció con una slider adentro. “Siempre pensé que iba a ser un hit, pero gracias a Dios se dio de esa manera”.
“Cuando le di no pensé que la bola iba a salir de jonrón. Fue de línea”, contó. “Corrí duro y dije, ‘si la bola da por lo menos en la cerca voy a llegar a segunda, voy a dar un doble’. Pero cuando escuché a la gente gritando y eso me llenó de satisfacción y lo primero que hice fue darle gracias a Dios por eso”.
Ramírez logró la marca frente a sus antiguos aficionados. El criollo llegó a la pelota japonesa con las Golondrinas, club que defendió de 2001 a 2007, por lo que fue ovacionado de pie tras su estacazo histórico.
“Para mí fue un orgullo darlo allí en frente de mis fanáticos. Ellos me dieron la oportunidad de venir aquí a Japón y estuve allá por siete años”, recordó. “Me siento muy contento que fue allí. El apoyo que ellos me han dado durante mi carrera aquí en Japón ha sido algo muy grande. Todavía, que no estoy jugando con ellos, me dan ese apoyo y lo siento de la misma manera”.
Actuando en su 13ª temporada en la NPB, “Ramichan” ha cosechado innumerables éxitos, entre ellos dos campeonatos (2001 y 2010), dos premios al Jugador Más Valioso (2008 y 2009), un título de bateo (2010), dos de jonrones (2003 y 2010) y cuatro de empujadas (2003, 2007, 2008 y 2010), además de varios récords para jugadores extranjeros, pero asegura que ninguno se compara que el recientemente alcanzado.
“Para mí es lo más importante en mi carrera, porque conociendo el béisbol japonés es duro tener esta
hazaña”, reflexionó. “Llegar a 2.000 hits en Japón es bastante duro. Ahora, ganar un título al Más Valioso, una competencia de jonrones, de carreras empujadas, son cosas que muchos peloteros lo pueden hacer, pero llegar a los 2.000 hits no veo a muchas personas que puedan hacerlo aquí, especialmente los extranjeros, porque es bastante complicado. Creo que es lo más grande en mi carrera en Japón”.
Ahora se encamina a otras marcas, como los 400 jonrones y el récord de más empujadas para un extranjero, actualmente en poder de Tuffy Rhodes, con 1,269.
“En las carreras empujadas solamente me faltan seis para ser el mejor (extranjero) y ya eso vendrá. Los jonrones, que me faltan 21 para 400, creo que lo pudo hacer también este año”, soltó. “Pero lo primordial sería ayudar a este equipo a ganar, a llegar a los playoffs y ganar el campeonato. Esa fue la razón por la que vine a este equipo y siento que lo puedo llevar a ganar un campeonato. Esos números vendrán, tarde o temprano vendrán, pero ganar un campeonato sería lo más grande que tendría al final de mi carrera en Japón”.
“Ellos estuvieron hablando conmigo, me medí la chaqueta y estamos esperando a finales de este mes que se va a hacer una pequeña ceremonia para mí”, señaló Ramírez, quien será el primer extranjero en ese selecto grupo. “Creo que todo está marchando bien y para mí es un honor entrar a ese club. Me dijeron que el mánager (japonés) del WBC (World Baseball Classic), (Koji ) Yamamoto-san, va a ser la persona que me va a entregar la chaqueta y me siento muy orgulloso y satisfecho por eso”.
El mirandino tiene una opción de contrato para el próximo año con Yokohama, que se ejercerá
automáticamente si logra dos de estas tres cifras: .280 de promedio, 20 jonrones o 70 remolcadas, y asegura que le quedan “dos o tres años” como pelotero activo para pensar, cinco años después de su retiro en un probable ingreso al Salón de la Fama.
“Me siento en buenas condiciones físicas y siento que todavía puedo producir”, resaltó. “Con estos números que tengo hasta ahora, como dicen, los números hablan por sí mismo, y creo que habría un chance de entrar al Salón de la Fama después que me retire. Todos los reporteros, coaches, mánagers y comentaristas acá me dicen que yo tendría una gran oportunidad de entrar al Salón de la Fama en Japón”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario