Adys Portillo saltó de Clase A media a Doble A y asegura que su éxito se debe a su actuación en la Lvbp. Preguntará por su permiso para lanzar con Águilas al final de la campaña en las menores.
El zuliano Adys Portillo está viviendo en la presente temporada de ligas menores su primer gran año desde que fue firmado por los Padres de San Diego, en 2008, por un bono de dos millones de dólares.
El lanzador, de 20 años, tiene efectividad de 2.53 en 103.1 innings en las menores en 2012. En sus tres primeras temporadas como profesional acumuló efectividad de 6.29 en 199 capítulos. Su mejoría fue notable y le permitió ir al Juego de Estrellas de Clase A media y dar el salto hasta Doble A, sucursal en la que se desempeña actualmente.
“Primero que todo le doy gracias a Dios por mantenerme sano”, dijo el derecho a PANORAMA, vía telefónica desde Estados Unidos. “Jugar en Venezuela me ayudó mucho. Este año vine con mucha confianza”.
“Cuando llegué al Spring Training y enfrentaba a cualquier bateador se me hacía fácil, porque tenía la confianza de haber lanzado a peloteros de experiencia en Venezuela”, continuó. “San Diego me ascendió a Doble A y estoy muy contento, muy feliz, trabajando duro para terminar con buen año”.
Portillo señaló que el punto de partida de su cambio de mentalidad se produjo en un entrenamiento en Maracaibo, en noviembre del año pasado, cuando el entonces coach de pitcheo de Águilas del Zulia, Wilson Álvarez, le dijo unas palabras que lo transformaron.
“Una vez en el estadio, practicando, él me dijo que cada vez que fuera al montículo pensara que soy el mejor, que tengo la bola y nadie me va a poder batear”, relató. “Esa es una motivación increíble y siempre que voy al montículo pienso eso, que tengo el dominio, que tengo el control de la bola y que soy el mejor en el montículo”.
“Por eso siempre estaré agradecido con el señor Wilson Álvarez, por ese consejo y por haber trabajado conmigo el año pasado, al igual que Richard Garcés, quien me dio muchos consejos”, acotó.
El oriundo de Los Puertos de Altagracia dejó efectividad de 1.87 en 18 aperturas en Clase A media, que lo mantiene líder de la Liga del Medio Oeste, a pesar de haber saltado de categoría hace un par de semanas. Su registro era de 6-6, con 81 ponches en 91.2 entradas. Su actuación le permitió ser el abridor, y ganador, del Juego de Estrellas de esa categoría.
“No me esperaba eso. Siempre esperé buenos triunfos, pero en los pasados tres años en ligas menores no había tenido buenos números y mucha inconsistencia”, comentó. “Pero este año, cuando llegué al Spring Training, llegué con mucha confianza, sabía lo que yo podía hacer y cuando las cosas empezaron a salir bien, empezó a subir la confianza, empezaron los logros”.
“Es un orgullo grande ser parte del equipo de estrellas y más aún abrir el juego. Ganar un Juego de Estrellas fue un complemento y un orgullo inmenso”, añadió. “Cuando me dieron esa noticia de que me subieron a Doble A, brincando la Clase A fuerte, fue un salto increíble. He tenido un año increíble. He trabajado duro para eso y gracias a Dios estoy recogiendo los frutos. Este es un año importante, porque es mi año de protección”.
Al final de la campaña, los Padres deberán protegerlo en el roster de 40, si no quieren arriesgarse a perderlo en el draft de la Regla 5. A pesar de su status en la organización, y su buena zafra, el zuliano no está seguro de ser protegido.
“A pesar de los números que tengo, no estoy confiado. Por eso una de las metas a corto plazo es terminar duro aquí, porque uno nunca sabe”, destacó. “Nosotros en el béisbol jugamos para los otros 29 equipos. Uno nunca sabe qué va a hacer San Diego con uno, no me lo han dejado saber todavía y es mejor terminar con buenos números para que otros equipos también se interesen en ti”.
En sus dos primeras salidas en Doble A cargó con el revés y no pudo pasar del quinto capítulo, pero hizo unos ajustes que le permitieron sumar su primera victoria el pasado viernes, con cinco entradas de tres hits y una carrera limpia permitida.
“En los primeros dos juegos estaba tratando de hacer mucho. Como estaba en otro nivel, trataba de mover mucho el cambio, de lanzar mucho el slider en la esquinita, la recta acomodarla, y no estaba haciendo lo que venía haciendo”, resaltó. “En esta tercera salida que tuve lancé con la misma confianza, olvidándome que estaba en Doble A, y eso me resultó. Gracias a Dios tuve una buena salida, logré mi primera victoria y esperemos que sea la primera de muchas”.
Seguro del beneficio que le representó su actuación con Águilas en la pelota criolla, Portillo quiere repetir la experiencia para seguir su desarrollo, aunque posiblemente tenga que ir primero a la Liga Instruccional y esperar el visto bueno de su organización.
“Ellos mismos (los Padres) se han dado cuenta del progreso que tuve por el hecho de haber jugado en Venezuela”, enfatizó. “Quiero jugar en Venezuela. Es una buena liga, una experiencia bonita y quiero jugar allá”.
“Hasta el momento no he sabido nada del permiso. No me han dicho si me van a dejar jugar en Venezuela o no. El director de ligas menores ni mi agente me han dicho si voy a tener el permiso de jugar en Venezuela, ni tampoco he querido preguntar”, añadió. “En este momento estoy concentrado en terminar bien el año. Ya después, quizás cuando me quede la última salida de la temporada, hable con mi agente y preguntemos a la gerencia de San Diego si me van a permitir jugar en Venezuela”.
Lo único que tiene seguro es que insistirá al máximo para darle a su familia la satisfacción de verlo lanzar en el “Luis Aparicio”, en Maracaibo.
“Cuando hable con ellos (los gerentes de San Diego) voy a hacer hasta lo imposible para que me dejen jugar y les voy a dejar saber que de verdad quiero jugar en Venezuela”, subrayó. “Y ojalá las Águilas me den la oportunidad, porque creo que iré a la Liga Instruccional de aquí y quizás no esté a tiempo para las prácticas y ganarme un puesto. Me gustaría lanzar desde el principio y ya depende de las restricciones que me den. Esperemos, Dios mediante, poder jugar”.
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