Tampa (Florida)/ Enviado Especial.- La grandeza de Mariano Rivera no solo está en sus números. El relevista, que pondrá punto final a su brillante carrera al final de la temporada, también está demostrando su clase con sus rivales fuera de los terrenos de juego.El panameño, de 43 años, ha sido el vivo ejemplo de la deportividad. Su respeto hacia el juego y sus rivales le ha ganado la admiración de la fanaticada de los Yankees de Nueva York y de sus propios adversarios.
En su última campaña ha sido objeto de homenajes en diferentes parques al Yankee Stadium, a los cuales ya no volverá como jugador activo. Ha sacado tiempo para conversar con el personal que trabaja en los estadios que visita, firmar autógrafos, sacarse fotos, y obtener los últimos recuerdos de una carrera en las Grandes Ligas que comenzó en 1995 y que tuvo una corta pasantía en la Lvbp con Cardenales de Lara.
Rivera, el último pelotero en utilizar el 42 retirado en las mayores en honor a Jackie Robinson, contó a PANORAMA las razones que lo llevaron a poner punto final a su carrera. También habló sobre su futuro y lo que sueña en sus últimos días como jugador activo.
—¿Qué lo motivo a decir que esta será su última temporada?
—Lo mismo que continúo diciendo hasta el día de hoy: ya es suficiente. Gracias a Dios me dio la oportunidad de jugar por mucho tiempo, de disfrutarlo, y ahora es tiempo de dedicarme, primero a mi familia, y después a lo que Dios tenga para mí.
—¿Se ha imaginado lo que será su rutina después de esta temporada?
—Te digo la verdad, yo estuve en casa casi toda la temporada el año pasado y estuve muy bien en casa. Estuve con la familia, estuve trabajando, estuve haciendo muchas cosas y tiempo me faltó para terminar las cosas que estaba haciendo. Como te lo reiteré antes, tengo muchas cosas qué hacer y además de eso tengo la iglesia también, que toma bastante tiempo, y pues una vez que tome unas vacaciones enfocarme en eso y trabajar para eso.
—Lo mismo que continúo diciendo hasta el día de hoy: ya es suficiente. Gracias a Dios me dio la oportunidad de jugar por mucho tiempo, de disfrutarlo, y ahora es tiempo de dedicarme, primero a mi familia, y después a lo que Dios tenga para mí.
—¿Se ha imaginado lo que será su rutina después de esta temporada?
—Te digo la verdad, yo estuve en casa casi toda la temporada el año pasado y estuve muy bien en casa. Estuve con la familia, estuve trabajando, estuve haciendo muchas cosas y tiempo me faltó para terminar las cosas que estaba haciendo. Como te lo reiteré antes, tengo muchas cosas qué hacer y además de eso tengo la iglesia también, que toma bastante tiempo, y pues una vez que tome unas vacaciones enfocarme en eso y trabajar para eso.
—¿Ese tiempo con su familia lo ayudó a tomar la decisión o era algo que ya tenía pensado?
—Ya era algo que había pensando. Tuve un
tiempo agradable, nunca había estado por una temporada en casa durante mis 20
años. Nunca había estado en casa hasta el año pasado. Tuve literalmente un año
completo y lo extrañé. Lo extrañé. De veras que sí. Hacer las cosas que pude
hacer con mi familia no las pude hacer en 20 años, pero la decisión ya estaba
tomada y pues tengo paz en eso.
—¿Estando en su casa extrañaba el béisbol?
—Siempre. Es que lo vas a
extrañar. Al béisbol nunca voy a dejar de extrañarlo... Estar compitiendo. La
competencia nunca la voy a dejar de extrañar. Pero lo demás sí. Son cosas que tu
te cansas, te hastias de esa viajadera, de hoteles, de tantas cosas. Pero del
juego en sí, de competir, pienso que nunca, porque creo que nunca lo
haré.
—¿Cuando ve su carrera, en algún momento se imaginó que tendrían un recorrdio exitoso, siendo el líder de salvados de todos los tiempos?
—No, mi hermano. Simplemente quería mantenerme en Grandes Ligas, estar par de años en Grandes Ligas y yo estaba contento de esa manera. Pero los pensamientos de Dios no son los pensamientos del hombre y definitivamente le doy gracias a Dios, primero por lo que ha pasado en mi carrera y por Él guiar mi carrera. Ese ha sido el triunfo de mi carrera. El triunfo de mi carrera ha sido Dios, totalmente.
—¿Cómo se hace para estar toda una carrera dominando a sus rivales prácticamente con un mismo pitcheo? —Es la gracia de Dios. Es la gracia de Dios en tu vida. Una vez que entiendas quién es Dios en tu vida. Dios es soberano. ¿Qué es imposible para Dios? No hay nada imposible para Dios. Siempre le he pedido a Dios que me guíe, que me guarde. Él fue quien me dio el talento y Él ha sido quien lo ha llevado hasta el día de hoy. Yo no hago nada, mi hermano. Simplemente trato de prepararme como ustedes ven, prepararme, correr, las cosas que yo pueda hacer humanamente posible. De lo demás, Dios se encarga.
—¿Cuando ve su carrera, en algún momento se imaginó que tendrían un recorrdio exitoso, siendo el líder de salvados de todos los tiempos?
—No, mi hermano. Simplemente quería mantenerme en Grandes Ligas, estar par de años en Grandes Ligas y yo estaba contento de esa manera. Pero los pensamientos de Dios no son los pensamientos del hombre y definitivamente le doy gracias a Dios, primero por lo que ha pasado en mi carrera y por Él guiar mi carrera. Ese ha sido el triunfo de mi carrera. El triunfo de mi carrera ha sido Dios, totalmente.
—¿Cómo se hace para estar toda una carrera dominando a sus rivales prácticamente con un mismo pitcheo? —Es la gracia de Dios. Es la gracia de Dios en tu vida. Una vez que entiendas quién es Dios en tu vida. Dios es soberano. ¿Qué es imposible para Dios? No hay nada imposible para Dios. Siempre le he pedido a Dios que me guíe, que me guarde. Él fue quien me dio el talento y Él ha sido quien lo ha llevado hasta el día de hoy. Yo no hago nada, mi hermano. Simplemente trato de prepararme como ustedes ven, prepararme, correr, las cosas que yo pueda hacer humanamente posible. De lo demás, Dios se encarga.
—¿Esa experiencia piensa transmitirla a los muchachos? ¿Piensa ser coach?
—No técnico, ni coach. Enseñar. No voy con los títulos.
Solamente me gusta disfrutar el juego que siempre he jugado, el juego que
siempre he amado y que seguiré amando. Compartirlo. Simplemente compartirlo con
los demás, Simplemente tratar de dar lo mejor de mi persona y de esa manera
tratar de hacer mi trabajo.
—Todo. Todo. No hay nada especial.
Todo lo que hemos recorrido, todo lo que hemos ganado, gracias a Dios. Desde mi
comienzo hasta la fecha que me retire, yo le doy las gracias a Dios por
eso.
—¿Cuál sería el cierre perfecto de su carrera?
—Ganar la Serie Mundial. Cerrar el partido en Nueva York. Eso sería perfecto.
—¿Cuál sería el cierre perfecto de su carrera?
—Ganar la Serie Mundial. Cerrar el partido en Nueva York. Eso sería perfecto.
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